martes, 21 de mayo de 2013

EL SER UNO - PASTELEROS DE ILUSIONES




PASTELEROS DE ILUSIONES

“Había una vez, muchas personas que querían experimentar diversas calidades de dulces y para hacerlo, visitaban diferentes dulcerías y otros lugares que les proporcionaban deliciosos dulces. Todos esos dulces les eran expuestos en forma muy llamativa, exquisitamente decorados, de todos los sabores, formas y colores. Las dulcerías para atraer a todos sus clientes, montaban espectáculos circenses de extrema sofisticación y sus tiendas eran decoradas con el máximo cuidado, haciendo de ellas expresiones de incomparable belleza.
 
Era tal la maravilla de sus presentaciones, que cuando la persona entraba se encontraba en otra realidad de felicidad mágica e irreal. Las personas durante ese tiempo se dedicaron a visitar estas dulcerías lujosas y como se sentían tan bien y alegres dentro de ellas, lo único que querían era: comer, comer y comer, por supuesto, ninguno sabía lo que comían o de que estaban hechos esos dulces. 
 
Confiando plenamente y ciegamente en todas las dulcerías y en las personas que preparaban los dulces, nunca se preguntaron o cuestionaron lo que estaban comiendo. Los pasteleros y sus ayudantes, inteligentemente para no perder a sus clientes, les mostraban los dulces hechos con magia y espectáculos extraordinarios, les prometían que al comerlos transformarían sus vidas, que al hacerlo se irían a un paraíso encantado y mágico etc. así todos encandilados y alucinados, comían, comían y comían, cada vez más, pensando que se transformarían en una maravillosa experiencia angelical. 
 
Los pasteleros les decían: Miren, los dulces son amarillos, están hechos de pura yema de huevo - era mentira, le ponían colorante amarillo y esencia con sabor a huevo – Es puro chocolate, reafirmaban – mentira, era esencia de color y sabor a chocolate – Si los comen se convertirán en ángeles y podrán volar - y así los incautos comían, comían y comían sin tener la noción del por qué debían comer, simplemente repetían lo que todo el mundo hacía. Mientras tanto, el pastelero reía y reía de la ignorancia de sus clientes y se mofaba de la credulidad que ellos tenían, se sentía cada vez más seguro y sobre todo su ego lo hacía verse muy inteligente, porque lograba engañarlos.
 
Las personas de tanto comer y comer, comenzaron a enfermarse, a sentirse tristes, sin saber que les estaba sucediendo. Muchos de ellos los más despiertos, empezaron a observar detenidamente a los pasteleros, sus tiendas y todo el juego que ellos hacían, y al abrir los ojos a la verdad, empezaron a  comprender que lo que los había enfermado, eran todos los dulces que habían comido. Sin decir nada comenzaron a dejar de comerlos y poco a poco iban recuperando su salud física y mental. Entraban a las dulcerías y todo lo que antes les parecía extraordinario, sublime y glorioso, ya no era así. 
 
Al ver a las personas hipnotizadas que comían y comían sin parar, quisieron ayudarlas, empezaron a transmitirles sus experiencias, cómo ellos se habían liberado de comer dulces y a través del convencimiento para que ellos dejaran la adicción del dulce, les preguntaban: ¿Ustedes saben lo que comen? ¿Tienen noción de la cantidad que deben comer? ¿Saben preparar los dulces que tanto les gusta? ¿Les gustaría prepararse sus propios dulces? ¿Tienen las recetas?...
 
Así pues, lentamente y con mucha paciencia lograron libertar a muchos, pero la mayoría inmersos en su comodidad, vicio y adicción, se quedaron atrapados en la sensación agradable que el dulce les proporcionaba, no querían ver, entender, salir y conocer otras experiencias, prefirieron quedarse presos en el desenfreno del instinto que ello les proporcionaba”... 
 
¿Por qué hemos contado esta historia? – dijo el hermano Seramita, hizo un ademán con la mano y continuó – Porque es para todos ustedes, los que se han librado por propia voluntad y para todos aquellos que han renunciado voluntariamente al placer de los sentidos, es que les estamos mandando a través de muchos mensajes y canalizaciones, el conocimiento del Despertar de la Consciencia. EL SER UNO es uno de ellos, las fórmulas, las recetas para que ustedes mismos se preparen los dulces y los puedan comer equilibradamente, con sensatez y cordura. Ustedes no necesitan vivir pendientes de aquellos que dicen tener las fórmulas para trascender, ustedes son libres, pueden hacerlo con interés y voluntad de realizarlo. 
 
Algunas veces, la voluntad del esfuerzo es exactamente lo que necesitan en sus vidas. Si la vida les permitiese pasar por ella sin encontrar ningún obstáculo, los dejaría limitados e inertes, no lograrían ser tan fuertes como deberían ser y nunca podrían volar hacia lo infinito del cosmos. Vivan la vida sin miedo, enfrenten todos los obstáculos, demuestren que son valientes y que pueden superarlos. Este esfuerzo se llama: FORTALEZA, fórmula importante para una alimentación adecuada…
 
Texto: EL SER UNO V – Los Interanos – La Ciudad de Cristal.
 
 
 

 

3 comentarios:

Radna dijo...

Es como una especie de alusión a las adicciones y posterior daño que causan las drogas (sobre todo las sintéticas) como lo son el alcohol, LSD, éxtasis, cocaína, heroína, antidepresivos, etc. Pero también hace alusión a otro tipo de adicciones, dependencias y necesidades huecas, como las que crea, impone y promueve la sociedad de consumo/espectáculo, con toda su superficialidad y puerilidad asociadas, en un bombardeo constante, vacío, bárbaro, pretencioso, infeccioso, enfermizo, demencial obstinado y despiadado de propaganda en todos su niveles; como si eso fuera lo "real", lo auténtico, lo innegable... ¡Es como un manicomio!

Anónimo dijo...

COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA


Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente.


Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años

Unknown dijo...
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